
Qué comer para cuidar tu corazón
Una alimentación equilibrada es clave para mantener la salud cardiovascular. Optar por frutas y verduras ricas en fibra, vitaminas y antioxidantes ayuda a reducir la inflamación y a proteger las arterias. Elige opciones variadas y de temporada para obtener el máximo beneficio nutricional.
Incluye granos integrales como la avena, el arroz integral y el pan integral: su fibra ayuda a controlar el colesterol. Las legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles) aportan proteína vegetal y minerales esenciales sin grasas saturadas.
El pescado azul (salmón, sardina, caballa) es fuente de ácidos grasos omega‑3 que favorecen la salud del corazón. También los frutos secos y las semillas (nueces, almendras, chía, linaza) contribuyen a un perfil lipídico saludable cuando se consumen en porciones moderadas.
Para cocinar, prioriza el aceite de oliva virgen extra y limita las grasas trans y saturadas. Reduce el consumo de sal y de azúcares añadidos; prefiere hierbas y especias para dar sabor. Mantenerse hidratado y moderar el alcohol también es importante para el bienestar cardiovascular.
Además de la dieta, combinar una actividad física regular con un buen descanso y manejo del estrés potencia los resultados. Pequeños cambios sostenidos en el tiempo marcan una gran diferencia para tu corazón.